lunes, 19 de mayo de 2008

ISRAEL 60 años: ciudadanos judiós y árabes ( VI ):Edward Saïd, el intelectual palestino-norteamericano


Voy a despedir e esta serie sobre ciudadanos árabes y judíos con motivo del 60 aniversario del la proclamación del Estado de Israel con las semblanzas de dos personalidades de las que ya se ha hablado en este blog: el palestino-norteamericano Edward Saïd y el argentino-israelí-español-palalestino Daniel Barenboim.


EDWARD SAID

“Un palestino escolarizado en Egipto, con nombre inglés y pasaporte norteamericano”




Con motivo de la publicación en Francia del libro “Reflexions sur l’exil”, de Edward Saïd, un libraco de 700 páginas en el cual se reúnen ensayos suyos escritos entre 1.967 y 1.999, y que suponemos que pronto tendremos traducido en España, donde Edward Saïd es un intelectual muy conocido, el diario LE MONDE publicó el viernes pasado un artículo del filósofo , intelectual francés de origen búlgaro TZEVETAN TODOROV., en el cual hace una entrañable semblanza del autor.Traduzco los párrafos que me parecen más interesantes.

Edward Saïd ha sido uno de los intelectuales más conocidos e influyentes del mundo. Autor de una veintena de libros, parecía llevar arias vidas a la vez (…) debía su notoriedad a trabajos sobre las identidades culturales, el encuentro entre culturas, los nacionalismos y los imperialismos. Era también una de las voces más escuchadas a favor de la lucha del pueblo palestino, pero cuidando siempre de que esa defensa se hiciese “tomando plenamente en cuenta al pueblo judío y sus sufrimientos, desde las persecuciones hasta el genocidio”

(…)

Saïd nació en 1.935 en Jerusalén, creció en El Cairo, donde estudió en un colegio británico. Partió a Estados Unidos a la edad de 16 años pasando a continuación por las universidades de élite de Pricenton y Harvard, antes de pasar a enseñar, a partir de 1.963 en la universidad de Columbia (Nueva York) , donde permaneció para el resto de su vida. (…) Es a raíz de la guerra árabe-israelí de 1.967 cuando toma conciencia de su pertenencia originaria y le impulsa a buscar un equilibrio entre las dos vertientes de sus ser: la medio-oriental y la occidental.

Un nuevo suceso sobreviene en 1.991, cuando Saïd descubre que es víctima de una leucemia crónica. La enfermedad le obliga a renunciar a sus actividades directamente políticas y le incita a volcarse sobre su propia existencia: viaja con frecuencia a Palestina e Israel convirtiéndose en un activista de la causa de los palestinos.

Hasta su muerte , en 2.003, continua su actividad con una intensidad creciente. En colaboración con el gran músico judio, de nacionalidad argentino-israelita ( que mas tarde adquiriría la nacionalidad española y palestina) Daniel Banemboim, fundó la orquesta iraelo-árabe , West-East Divan Orchestra, una iniciativa para reunir cada verano un grupo de jóvenes con talento de Israel y países árabes, y continua escribiendo sobre humanismo, música, política, etc…

Muy pronto se percató que su identidad era de lo mas incierta: “Un palestino , educado en ejipto, con nombre inglés y pasaporte norteamericano” es por lo que , al final de sus estudios superiores no siente ninguna tentación de volver “a su patria” ( eso no existe) y comprende pronto que “un retorno o un repatriamiento integral es imposible”.
Aprende , pues, a articular las dos partes tan diferentes de su ser y acaba reconociéndose en la figura del intelectual de la diáspora, habitante de una ciudad cosmopolita como Nueva York, y no ignora que justamente en eso sigue el ejemplo de numerosos intelectuales y artistas judios.

Descubre además que esta experiencia, lejos de ser excepcional. Encarna uno de los rasgos característicos del mundo moderno: la aceleración de los contactos entre culturas, el caracter cambiante de estas, la pluralidad interior de cada identidad.

(…)

Si el exilio se produce en condiciones favorables, se convierte en fuente de muchas ventajas. El individuo puede observar cada una de los componentes culturales de su propia identidad al mismo tiempo desde fuera y desde dentro, lo que le permite examinarlas con una mirada crítica. No está ofuscado ni por lo tópicos ni los hábitos. El exiliado vive siempre en un no-lugar, a contra corriente, es un marginal pero para él esto es una ventaja. Saïd establece una íntima relación entre esta condición y la del intelectual en general. Este último debe permanecer al margen de la autoridad pero también al margen de cualquier pertenencia impuesta – étnica, nacional, religiosa – ya que estas pueden poner en riesgo e impedir que su acción sea únicamente guiada por los ideales de la justicia y la verdad. SAÏD ES UN DEFENSOR FEROZ DE LA LAICIDAD, ADVERSARIO DE TODO NACIONALISMO, lo cual le permite criticar con la misma acidez al gobierno norteamericano y a las autoridades palestinas.

Si hubiera que buscarle una familia ideológica sería el HUMANISMO, a condición de que sea verdaderamente universal y no se confunda con el eurocentrismo.

Intelectual humanista , Saïd está listo para desafiar los poderes y los consensos establecidos, en nombre de una adhesión intransigente a los valores universales (…) pagó caro su compromiso: amenazas, incomodidades, sopechas….Sin embargo el ha mantenido su convicción de que “LA PRINCIPAL CUESTIÓN QUE SE LE PLANTEA AL INTELECTUAL DE HOY ES LA DEL SUFRIMIENTO HUMANO”, y ha actuado de acuerdo con sus ideas. Pesador brillante, también supo ser un hombre generoso y acogedor, inolvidable para todos los que le conocieron.

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