martes, 22 de abril de 2008

Kurt Westergaard:un C's dibujante que lucha por la libertad de expresión de todos nosotros.





Una caricatura que expresaba el cinismo de los terroristas que utilizan la religión del Islam como justificación de sus crímenes, desató una ola de protestas entre los sectores más reaccionarios de los paises islámicos y la mojicateria en muchos sectores de la sociedad occidental, especialmente algunos que se reivindican de "izquierda", esta vez aliados con lo más carca del Vaticano. El resultado es que este apacible anciano caricaturista de 73 años,Kurt Westergaard, se ha visto obligado a recluirse en el anonimato y la clandestinidad si quiere salvar su pellejo.

Recientemente la policía danesa ha arrestado a tres personas en la ciudad occidental de Aarhus, donde se edita el "Jyllands-Posten" , por complotar para asesinar a Westergaard. Según la policía danesa, dos de las personas arrestadas son tunecinas y serán expulsadas de Dinamarca, y de la tercera, un danés nacido en Marruecos, se sospecha que violó leyes nacionales contra el terrorismo.

"El dibujo y los sucesos posteriores a su publicación son parte del equipaje que cargo conmigo, incluyendo el posible riesgo", dice Westergaard. "Sin embargo, antes de esta nueva amenaza el riesgo se había desvanecido un poco. Imaginé que si me iba a suceder algo, tendría que haber sido hace tiempo".

El servicio de Seguridad e inteligencia danés, conocido como el PET, informó a Kurt y su esposa, Gitte, acerca del complot el 8 de noviembre. Gitte Westergaard, de 66 años, recuerda la escena: "Cuando llegué a casa, me esperaban tres guardaespaldas armados. Nos dijeron que teníamos que dejar nuestra casa".

Una investigación policial había revelado que un grupo islámico tenía planes concretos para atacar a Kurt Westergaard en su casa. Incluso es posible que los terroristas ya hubiesen estado dentro de esa casa. Habían logrado obtener un plano preciso, aunque tosco, del edificio.

Los agentes les dijeron a los Westergaard que evacuaran la casa inmediatamente. A la pareja se le ofreció un viaje alrededor del mundo financiado con fondos públicos, pero rechazaron la propuesta. "En tal situación uno no quiere viajar por el mundo. Uno quiere mantener sus rutinas, estar cerca de sus hijos y nietos, trabajar, llevar una vida normal. De modo que decidí que debíamos quedarnos cerca", explica Gitte Westergaard.

El PET inmediatamente procuró un chalet para la pareja y dejaron la casa bajo una fuerte vigilancia. Agentes de seguridad armados encabezaron la marcha en otro auto; la caravana de autos dio varias vueltas para ver si alguien los seguía.

"Es extraño pensar que alguien quiera matar a mi marido", dice Gitte Westergaard. "Kurt es una persona de lo más pacífica e inofensiva".

La pareja sólo habló de la situación con sus hijos y nietos. La policía esperaba que los supuestos conspiradores intentaran llevar a cabo el ataque contra la casa ahora vacía, permitiendo al PET pescar a los supuestos conspiradores in fraganti. En las siguientes semanas el PET hizo grandes esfuerzos por mantener el engaño de que la pareja seguía viviendo en la casa, ahora llena de dispositivos de vigilancia. Se encendían y apagaban regularmente las luces. Se vaciaba el buzón todos los días. El auto de la pareja estaba estacionado fuera de la casa y de vez en cuando se lo movía.


El PET aconsejó a Kurt Westergaard no ir a trabajar. Luego de unas cuantas semanas en la primera casa segura, la pareja se fue a un departamento que posee en otra capital europea. Cuando volvieron a casa dos semanas más tarde, se los trasladó a otro chalet y Kurt Westergaard retomó su horario habitual en el Jyllands-Posten , pese a la amenaza contra su vida.

"Transformé mi temor en ira contra la amenaza que recibí simplemente por hacer mi trabajo", dice Kurt Westergaard. "De algún modo uno siente una indignación moral que es, al mismo tiempo, una especie de actitud desafiante. Siento una ira terrible contra la gente involucrada en esto".

AEl PET tiene que asegurarse de que los arrestos destruyeron la célula terrorista antes de que la pareja pueda volver a su casa. Recién entonces se podrá evaluar el daño, según Gitte Westergaard.

"No sé si podré querer a mi casa nuevamente", dice. "Primero necesito volver a casa y a las tareas cotidianas, convencerme de que ya no hay peligro. No quiero pasarme el resto de mi vida mirando por encima del hombro. Si va a ser así, prefiero mudarme a otra parte. No valdría la pena quedarse. Tampoco sería agradable, sin embargo, que se salieran con la suya, si logran obligarnos a irnos de nuestra casa", añade.

Pero Gitte Westergaard está segura de una cosa: "Nuestra situación nunca volverá a la normalidad. Nunca. Puede calmarse la situación por un período, pero entonces sucederá algo y todo volverá a comenzar".

Ha sido una situación que asusta, dice Kurt Westergaard. "Incluso se puede decir que es un shock. Por dos años pensé que alguien me mataría por mi dibujo. De pronto se volvió una realidad".

Kurt cree que los complotados quieren convertirse en mártires y ganar prestigio: "Algunos fanáticos presuntamente esperan lograr gran fama y quizás también un gran premio en el más allá si tienen éxito en matarme Hay varios premios por un acto de este tipo", señala. "Estoy seguro de que matarme sería algo grandioso en su esfera cultural", continúa. "Yo hice justo el dibujo que no pueden perdonar"

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