sábado, 8 de marzo de 2008
Te echaré siempre de menos
Escribo estas líneas teniendo aún presente la imagen imborrable de tu cuerpo ensangrentado enfrente de la puerta de tu casa y a tu hija Sandra y a tu mujer abrazadas a ti sin poder aguantar el dolor, sin poder expresarlo y, peor aún, sin poder creerlo. El destino ha querido que tus compañeros del partido de Mondragón, hasta aquellos que lo dejamos para acudir a otras responsabilidades políticas en Guipúzcoa, estuviéramos a escasos metros de tu despedida y que hayamos visto cómo te han matado de forma cobarde, despreciable e imperdonable. Ellos ni siquiera saben ni les importa cómo eras como persona. Son asesinos a sueldo que desconocen tu trayectoria vital, familiar y política. No saben de tu compromiso con tus vecinos y vecinas de San Andrés y de Mondragón. Yo sí me acuerdo. Cuando me afilié con 18 años al partido socialista eras el alcalde del barrio de San Andrés, muy próximo a mi casa, y todavía tengo en mi memoria mis primeras reuniones en política y con vosotros en esa pequeña alcaldía de San Andrés, tu barrio, donde hoy te han pegado cinco tiros a traición los salvadores de la nada, que más pronto que tarde pagarán por tu asesinato. Siempre diré que aprendí de vosotros compromiso, amistad, voluntad y cariño.
Nunca quisiste ser más que nadie. Jamás deseaste figurar; eras simpático, vacilón, de buen gesto y mejores palabras, de bromas y cariños, de piropos y chistes.
Los cobardes de la pistola y el encefalograma plano no conocerán, porque son iletrados, ineptos, incapaces y amorales, los gestos -que más desde las ganas y la voluntad que desde los recursos y las ayudas- realizaste para mejorar la vida de tus vecinos, para alegrar la vida de tus amigos y para llenar la de tu familia.
Hoy te han matado. ¡Valientes gudaris de pacotilla! Pero no podrán borrarte. Como tampoco podrán borrarnos nuestro compromiso con tus mismas ideas y con tu trayectoria democrática. Porque desde aquí les digo que no pasarán, que no daremos marcha atrás ni para coger impulso; que defenderemos tu memoria, tu dignidad y tu verdad, que querremos a tu familia y que lo primero que haremos será ir a votar el día 9 en masa, a llenar las urnas de votos por la democracia y por la libertad, por lo que luchaste y viviste. Y para decir a los que callan y otorgan, aplauden o justifican tu cruel asesinato que su abstención es muerte, que su abstención es repugnante y que su abstención no borrará tu imagen de mi mente: asesinado, ensangrentado y entre los gritos de dolor e incredulidad de los que más querías.
Rafaela Romero Pozo es presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa y juntera del PSE. Fue concejal socialista de Mondragón entre 1995 y 1998.
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