martes, 25 de marzo de 2008
Ahmed Reda Benchemsi, un C's marroquí que lucha por la libertad de expresión
Ahmed Reda Benchemsi, es el director del semanario "Te quel", en verisón francófona y Nicham en versión arabófona, verdadera punta de lanza del periodismo marroquí que lucha por la libertad de expresión en nuestro país vecino. Sus revistas no paran de sufrir el acoso de las autoridades en forma de fuertes multas, cierres, secuestros , procesos etc... Los más viejos del lugar recordarán la situación de revistas como "Triunfo" o "Cuadernos para el Diálogo" durante el franquismo y la importacia que tuvieron para los demócratas en la lucha contra la dictadura y a favor de la toma de conciencia de los ciudadanos españoles en aquella época negra.
Reproducimos el informe de 2.008 de REPORTEROS SIN FRONTERAS en el que se denuncia la situación de los ciudadanos periodistas en Marruecos.
Para los periodistas marroquíes, el año 2007 ha sido el de todos los peligros y las malas sorpresas. Dió la impresión de que el Estado quería reformar el código de prensa, al tiempo que no dudaba en encarcelar a periodistas y embargar sus publicaciones. El poder de Mohammed VI continúa haciendo desmañados malabarismos entre el deseo de preservar su imagen en el extranjero y la tentación de controlar a la prensa independiente marroquí.
En 2007 la monarquía marroquí mostró los límites de su capacidad de apertura democrática que, sin embargo, ha prometido mil veces. Unas pocas cifras son suficientes para poner de manifiesto las dificultades encontradas en su camino por los periodistas del reino, a lo largo de todo el año 2007. El periodista Mostapha Hurmatallah pasó 56 días en la cárcel de Okacha (Casablanca) por olvidarse de publicar un artículo sobre el ejército. El Ministerio del Interior embargó cerca de 92.000 ejemplares de los semanarios Nichane y Tel Quel que posteriormente fueron destruidos en la imprenta, a causa de un editorial considerado poco respetuoso con la persona del rey. En total, desde la llegada al poder de Mohammed VI, han censurado no menos de 34 órganos de prensa y han condenado a penas de cárcel al menos a 20 periodistas.
En enero de 2007, el director de Le Journal hebodomadaire, una de las primeras publicaciones independientes del país, se vio obligado a dimitir para evitar el cierre del medio. Condenado, por difamación” en abril de 2006, Aboubakr Jamai no disponía de la cantidad -tres millones de dirhams (270.000 euros)- ; en ese caso, el Estado efectuar un embargo sobre los fondos del periódico, lo que le llevaba a una muerte cierta.
Los periodistas frente a un Estado lunático
El Estado ha ganado todos los proceso que ha intentado contra periodistas, en aplicación del código de prensa o del código penal. Más aun que en años anteriores, la justicia no ha sido capaz de demostrar su independencia en 2007. Sigue estando a las órdenes de un poder que la instrumenta para presionar a quienes se atreven a rebasar las líneas rojas. Sin embargo, cada vez son más quienes lo hacen, y no por ello acaban todos sentados en los banquillos de los tribunales. Las reacciones del Estado son imprevisibles y los periodistas ya no saben a qué carta quedarse. En la dudad, la autocensura sigue siendo la mejor forma de evitarse cualquier problema.
A lo largo del año 2007 los ministerios de Comunicación y Justicia estuvieron trabajando para hacer modificaciones en el código de prensa, de manera concertada con el Sindicato Nacional de la Prensa Marroquí y la Federación Marroquí de Editores. Finalmente no se ha llevado al Parlamento ningún proyecto de ley, dado que los partidos implicados no han sido capaces de ponerse de acuerdo en una versión definitiva. Las autoridades marroquíes se han mostrado muy poco dispuestas a despenalizar los delitos de prensa. En una versión provisional del proyecto de ley se suprimen algunos de los muchos artículos del código actualmente en vigor que establecen penas de cárcel, pero sigue incluyendo los principales artículos que se han utilizado en los últimos años para condenar a los periodistas. Si el texto se aprobara tal y como está ahora no supondría ningún respiro a los profesionales de los medios de comunicación.
En Marruecos hay muchos temas delicados entre los que trata la prensa. Con frecuencia, abordar asuntos tales como la monarquía, el ejército, el Islam o el Sahara Occidental, les ha costado tener problemas con la justicia a numerosos periodistas independientes , y verse censurados a sitios de Internet, como YouTube o algunos otros cercanos al movimiento independentista saharaui Frente Polisario.
Tormenta estival sobre los medios
Mientras se llevaban a cabo las negociaciones para la reforma del código de prensa, en julio detuvieron en su domicilio a dos periodistas que, ante la estupefacción general, permanecieron ocho días en detención preventiva. Hay que decir que el asunto no era ninguna tontería. Abderrahim Ariri, director de publicación del semanario en lengua árabe Al Watan Al An, y el periodista Mostapha Hurmatallah fueron denunciados, en aplicación del código penal, por “encubrimiento de documentos conseguidos con ayuda de un crimen”, tras publicar un dossier titulado "Los informes secretos que están detrás el estado de alerta en Marruecos". Uno de los artículos se basaba en una nota de los servicios secretos marroquíes, publicada en el periódico, que avisara a todos los servicios de seguridad para que permanecieran atentos después de que en Internet se difundiera un vídeo de un grupo terrorista, que hacía « un llamamiento solemne a una yihad contra Maruecos ». Mostapha Hurmatallah permaneció encarcelado todo el tiempo que duró el juicio en primera instancia, en el que le condenaron a ocho meses de cárcel, mientras que a su director le cayó una condena con el cumplimiento en suspenso. El tribunal de apelación, que concedió la libertad provisional a Mostapha Hurmatallah tras permanecer 56 días detenido, confirmó la sentencia, reduciendo tan solo en un mes la condena de ambos periodistas. El caso está recurrido ante el tribunal de casación, y sigue pesando sobre la redacción como una espada de Damocles.
Ahmed Reda Benchemsi, director de publicación de los semanarios Nichane y Tel Quel, recibió a principios del mes de agosto una citación de la brigada nacional de la policía judicial, y tuvo que pasar por un largo interrogatorio tras haber publicado un editorial crítico con Mohammed VI. Por orden del Ministro del Interior, la policía embargó y posteriormente destruyó todos los ejemplares de Nichane y Tel Quel en los locales del impresor, a quien también interrogó en el marco de este mismo caso. Ahmed Reda Benchemsi está inculpado, en aplicación del artículo 41 del código de prensa, de "falta del respeto debido al rey". Aplazado varias veces, el juicio, en el que el director de las dos publicaciones podría ser condenado a hasta cinco años de cárcel, debería comenzar en 2008.
Más allá de las consecuencias inmediatas que ambos casos han tenido en las redacciones incriminadas, han dejado un regusto amargo en la boca de los profesionales marroquíes de los medios de comunicación que, hasta ese momento, se congratulaban de su privilegiada situación en el mundo árabe.
Un poco de RAI, la música que expresa los deseos de libertad de buena parte de la juventúd árabe para solidarizarnos con los C's periodistas árabes en su lucha por la LIBERTAD:
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