sábado, 19 de julio de 2008

En memoria de los ciudadanos periodistas asesinados en Méjico


Cuando informar cuesta la vida...

A la memoria de mi amigo Roberto Mora, asesinado por lo que escribió.

El periodismo se ha convertido en una profesión de alto riesgo en México, país considerado el segundo más peligroso para los periodistas, después de Irak.

En los últimos ocho años, 40 comunicadores han sido asesinados y ocho están desaparecidos, la mayoría de ellos por informar sobre los nexos del crimen organizado y los estamentos gubernamentales. Las investigaciones policiales de los crímenes han estado plagadas de irregularidades, desaparición de pruebas, manipulación de los peritajes y detención de inocentes. La falta de voluntad política y judicial ha provocado que la mayoría de los casos siga sin resolverse.

Los ataques a los informadores son cotidianos: persecución, amenazas, agresiones físicas, hostigamiento, desapariciones... Los atentados a los medios de comunicación donde laboran los periodistas más "incómodos" van desde oficinas balaceadas con ráfagas de ametralladora, lanzamiento de granadas de alto poder o cabezas humanas depositadas en neveras desechables a las puertas de los periódicos con mensajes intimidatorios.

Como consecuencia del estado de terror, el derecho a la información de los mexicanos se ha visto coartado. La censura en los medios de comunicación en temas como narcotráfico se aplica como una manera de salvaguardar la vida de los periodistas.

Sin embargo, algunos dueños de comunicación han utilizado la guerra contra los informadores para aplicar la autocensura en temas que afecten sus intereses empresariales y han despedido a periodistas comprometidos con la verdad, han cancelado programas de radio y televisión o columnas en prensa escrita.

La impunidad ha sido la constante, pese a la existencia de la Fiscalía Especial para la Atención a Delitos contra Periodistas que no ha resuelto caso alguno y argumenta frente a los ocho casos de informadores desaparecidos que "no quiere proteger a quien no es estrictamente periodista", actitud que afecta a los comunicadores freelance.

Más allá de las frías estadísticas, los 40 periodistas asesinados y los 8 desaparecidos, representan historias que no deben olvidarse porque exhiben los entresijos de esta batalla desigual entre la pluma y las balas que existe en México a consecuencia de la impunidad y del desprecio a la libertad de prensa y expresión del presidente Felipe Calderón.

Sanjuana Martínez (Monterrey, México, 1963)

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